Vino Caliente de Invierno y Navidad

Vino Caliente de Navidad


Vino Caliente de Navidad

En Navidad, el vino se convierte en un dulce navideño más. El Vino Caliente es uno de los vinos navideños más famosos.

La famosa receta del vino Glühwein hace que sea una bebida ideal para el confort navideño, ligeramente dulce y muy aromática. Glühwein es una bebida alcohólica alemana que consiste principalmente en vino caliente con especias. y es tradición prepararla en los días de Adviento. Es la bebida por excelencia del Weihnachtsmärkte (mercado navideño) en Alemania.

Recientemente, la receta se ha extendido a otros países de Europa, incluso a España, donde no se solía servir vino caliente, y ya es muy aceptado durante las frías celebraciones navideñas y de diciembre.

Yo tengo que agradecer a mi preciosa amiga Klaudia el descubrimiento del Vino Caliente.

Una noche de diciembre, tras un frío y duro día de ventas y atención al cliente en la empresa multinacional alemana donde trabajábamos, me invitó a una taza de esta deliciosa bebida.
A mí, que me encantan todas las recetas europeas que ella me proporciona, no dudé en probar esta receta con vino que para mí era totalmente desconocida y de la que sólo tenía constancia de ella gracias a las típicas películas navideñas. Klaudia, al ser nativa de Polonia y haber pasado su adolescencia en Alemania, me sumergió en esa magia de la navidad centroeuropea.

Donde los inviernos son implacables, los escandinavos han estado luchando contra el frío desde la antigüedad con una mezcla reconfortante de vino calentado y cocinado a fuego lento, azúcar (o miel) y especias: desde el ‘Conditum paradoxum’ del ejército romano hasta el mercado navideño alemán ‘glühwein’.

El largo y duro invierno acaba de descender sobre la tierra de Europa, y el aliento helado ya susurra en nuestros cuellos, y nuestros cuerpos inevitablemente comienzan a anhelar el calor. Especialmente para nuestros vecinos del norte, el invierno les ha caído inclementemente, y lo han combatido desde tiempos inmemoriales con una bebida reconfortante, cálida y aromática: el vino caliente.

La Historia del vino caliente

Fascinados por todas las manifestaciones del vino, nuestros antepasados romanos popularizaron el Conditum paradoxum, cuya receta aparece en el fabuloso De re coquinaria de Apicio. El primer experto en gastronomía, (y el antecedente más antiguo del vino caliente del que se tiene documentación), de la historia se remonta al siglo I d.C. y dejó una receta de un reconfortante vino caliente aromatizado con miel, pimienta, incienso, nardo, laurel, azafrán, dátiles y pasas, por cuyas propiedades medicinales ayudó a sobrevivir al implacable invierno a los ejércitos de Roma cuando las legiones romanas empezaron a prepararlo por todo el imperio, es decir, por toda Europa.
Literalmente ha estado con nosotros desde que concebimos el mundo (nota personal: volver a ver Gladiator como me recomendó ayer Fernando Cortés).

Fueron nuestros antepasados quienes exportaron el uso del vino a los territorios conquistados, llegando hasta el extremo norte de Europa. A partir de ese momento, se unieron recetas ligeramente diferentes pero con un origen común mediante el uso de especias cálidas y aromáticas importadas de muy lejos.

Otro eminente gastrónomo, Robert de Nola (o Ruperto de Nola), escribió en el siglo XV el Llibre de Coch (no publicado hasta 1520), un tratado sobre la cocina aragonesa durante el Renacimiento que se convirtió en un éxito de ventas de la época. En él menciona el hipocrás, bebida popular cuya invención se atribuye al propio Hipócrates (padre y rey de la medicina) y que se extendió a Occidente tras las Cruzadas: «Cinco porciones de canela, tres partes de clavo, una parte de jengibre. La mitad del vino debe ser blanco y medio rojo. Para el azumbre seis onzas de azúcar, mézclelo y póngalo en una cacerola esmaltada o de vidrio(…)». Este vino caliente especiado se hizo muy popular en la Edad Media, especialmente en la corona de Aragón y los dominios de Francia, atrayendo a nobles y plebeyos por igual no solo por sus propiedades cálidas, sino también por sus supuestas propiedades curativas y afrodisíacas.
En El Confitero Moderno, publicado en Barcelona en 1851, José Maillet incluyó una receta de hipocrás («Es una bebida muy utilizada en algunos países en invierno…»), que se prepara con media copa de vino, agua, una libra de azúcar, canela holandesa, jugo de limón y ralladura de lima. Él presenta una variación, hipocrás espumoso, hecho batiendo una yema de huevo con azúcar en un lado y dejando en infusión cilantro y canela en vino caliente antes de mezclar todo junto. Es en ésta época donde el nombre cambió definitivamente y pasó a ser glögg del inglés «to glow», debido al efecto espumoso del azúcar combinado con el vino.

Con el tiempo, varios reyes, tanto religiosos como militares, promovieron el vino caliente en los territorios donde gobernaban, como si fuera un Juego de Tronos del Vino. Poco a poco, deja de ser un manjar para nobles para que todos los habitantes puedan disfrutarlo. Hoy en día, sigue siendo una bebida muy importante, y muchos países tienen sus propias recetas y tradiciones, por lo que también tiene su propio día internacional en el que se celebra el Día del Vino Caliente, el 3 de Marzo se celebra el “National Mulled Wine Day”.

Las bebidas típicas de los Weihnachtsmarkt (Mercados de Navidad) son el famoso glühwein alemán (vino caliente), el hot spiced wine o mulled wine vino especiado o vino caliente anglosajón, el glögg de Escandinavia o glögi de Finlandia (el cual es una mezcla de vino y alcohol de cereales o vodka), el vin chaud de Francia, el vin brulé de Italia (donde es común cambiar la receta a vino blanco), el forralt bor húngaro o el grzaniec en polaco (muy parecido al que se elabora en Alemania, pero que sigue la receta romana con miel).

Aunque hay diferentes variantes, la base de la mezcla es el vino (mejor si es un tinto joven afrutado bajo en taninos), cocinado a baja temperatura con diferentes aromas: clavo, canela, vainilla, anís, jengibre, manzana, miel o azúcar, piel de naranja o limón….
Con el tiempo, los países con temperaturas invernales que caen a unos pocos grados bajo cero han hecho sus propios giros en la antigua receta del vino caliente y han sido parte de las celebraciones navideñas durante años.
Eso sí, no importa dónde se prepare, lo más importante es no dejar hervir el vino, ya que el alcohol se evaporará. Lo ideal es prepararlo a fuego lento y luego agregar los demás ingredientes poco a poco.

Aquí os regalo la receta del Vino Caliente de Klaudia:

750 ml de vino blanco seco

750 ml de vino rosado

1500 ml de vino tinto

300 g de azúcar moreno

2 rodajas de naranja y la ralladura de un limón 

2 palitos de canela

1 pizca de nuez moscada

6 clavos

4 semillas de cardamomo

2 estrellas de anís

1/2 cucharadita de pimienta de Jamaica

Cocinar a fuego lento todas las especias y el azúcar con un poco de vino y con cuidado de que no hierva hasta que los aromas empiecen a inundar la cocina. Se va removiendo constantemente el azúcar con una cuchara de palo hasta que se disuelva. Añadimos ya todo el vino y seguimos calentando a fuego medio durante 40 minutos. Vamos probando para ir añadiendo más azúcar si nos gustara más dulce. Retirar la olla del fuego y dejarla tapada durante 1 ó 2 días. Colar y llenar en botellas limpias hasta el borde y sellar inmediatamente

Hay veces en las que cambia el vino blanco y rosado por 50ml de ron…también lo puedes probar, está delicioso!

 

 ¿Recuperamos esas recetas y probamos la magia del vino caliente alumbrado por el fuego de la chimenea?

#MaridaTuVida

 🖤🍷
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